Desde muy chico, Emilio descubrió su pasión por la madera. A los 9 años, en un pequeño taller de Paraguay, comenzó a aprender el oficio con la necesidad de ayudar a su familia y el deseo de salir adelante por sus propios medios. Su primer trabajo fue un simple banco, pero marcó el inicio de una vocación que lo acompañaría toda la vida.

Con el paso del tiempo, Emilio transformó esa pasión en Emi Muebles, un espacio donde el compromiso, la creatividad y el detalle se combinan para dar forma a los sueños de cada cliente. Junto a su equipo de carpinteros, trabaja cada proyecto con una mirada moderna y funcional, sin dejar de lado el encanto clásico que distingue a la buena carpintería.

Para Emilio, cada mueble es más que un producto: es la oportunidad de imaginar a sus clientes disfrutando su hogar renovado. Su mayor satisfacción está en ver cómo una idea se convierte en un espacio único, hecho con dedicación, profesionalismo y amor por la madera.